A la memoria de Santiago "Chagui" Mari Pesquera, en el trigésimo primer aniversario de su asesinato.
La confabulación de los servicios secretos y de inteligencia norteamericana con los grupos derechistas cubanos en Puerto Rico explica que hasta esta fecha no se haya esclarecido el asesinato de Santiago "Chagui" Mari Pesquera y la de varios otros puertorriqueños y cubanos identificados con la lucha por la independencia puertorriqueña. Y es que, como hoy dijo don Juan Mari Brás, padre de Chagui, el día que se haga público el terrorismo de estado por parte de los norteamericanos en Puerto Rico, se entenderá más a fondo nuestro problema colonial.
En años en que los puertorriqueños de todas las ideologías políticas han alzado la voz para denunciar la condición colonial del ELA, pensar que una nación que ejerce poder sobre otra lo hace por principios humanitarios y de caridad es una vil irresponsabilidad y una deformación de la realidad. Estados Unidos nos ha mantenido como colonia porque así lo ha querido y ha usado toda su maquinaria económica, política y militar para mantenerlo de esa manera.
¿Cómo es posible que el expediente de Chagui haya desaparecido del Departamento de Justicia? Luego de que el caso haya sido supuestamente cerrado en el 1981 con la condena de Henry Walter Coira Story y de que se haya reabierto en 1984, un expediente de esta magnitud no se puede desaparecer accidentalmente. En este asesinato, como se concluyó desde el comienzo, hay otros individuos y entidades involucradas. Los Estados Unidos lo saben y por eso el archivo ya no aparece.
Esta desaparición se torna más curiosa porque ocurre en momentos en que el Secretario de Justicia estadounidense este -como lo estuvo Rumsfeld- en una crisis por haber encubierto el proceder ilegal de varios agentes del FBI y de fiscales de su departamento en esta Guerra contra el Terrorismo.
Estos ejemplos nos llevan a cuestionar los matices del terrorismo, ese vocablo que pasará a la historia como el más -y peor- utlizado de principios de Siglo XXI. Y aunque haya individuos y goberinos que trivialicen o exageren el estado actual del terrorismo internacional, lo cierto del caso es que el terrorismo siempre ha incluido el asesinato político. Por tanto, es hora de reconocer y denunciar que el coloniaje en Puerto Rico no es sólo una anomalía del derecho internacional que atenta nuestros derechos humanos, sino que ha creado el ambiente propicio para la existencia y ejecución de actos terroristas por parte de la potencia regente en Puerto Rico, los Estados Unidos de Norteamérica.
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