miércoles, 28 de octubre de 2009

Cielo iluminado

A Gad Zeevi porque en este país amamos a los corruptos, digo, inversionistas ausentes.

Preludio de un ¡bum!

Años más tiernos, pero no menos activistas. Marchas y protestas por las emanaciones de la Gulf. Finales de los ochenta, principios de los noventa. El olor a químicos se sentía fácilmente en casa. Una vez la EPA dejó unos tanques especiales para que midieran la calidad del aire. Venían en unas cajas de metal. Ohhh, la teconología americana.

Una vez tuvimos que salir de casa y dar vueltas por la ciudad porque el olor era demasiado fuerte. No podíamos dormir. Conferencias en la comunidad de Puente Blanco en Cataño. De Bayamón, de una urbanización con control de acceso, fuimos a apoyar (¿el aire no es acaso tuyo y mío...de todos?) . Yo era muy chico para atreverme a hablar y le instaba a mi viejo que dijera algo, que nuestra participación quedará plasmada en el récord. La primera vez que vi esos audífonos graciosos que transmitían la interpretación simultánea del inglés al español (y viceversa).

Y fue esta vez que me enteré que no debíamos estar aquí. Que las industrias estaban primero. Que luego el plan se abandonó. Que las industrias (y los billetes) estaban primero. Que luego el rió se canalizó. Y las industrias, claro, estaban aquí primero y sus tubos y sus millones; sus tanques y contribuciones. Crearon riqueza, mucha, que trajo más gente con sueños e hipotecas. Vino Levitt y le dejaron que construyera su pueblo. Pero y las comunidades en Cataño, ¿no estaban aquí antes del petróleo? ¿Los árboles, los humedales y el tatarabuelo del guaraguao herido que tomó muy sensiblemente el lente de un fotoperiodista del periódico? El huevo ni el ave vineron primero. Al principio hubo la tierra, el agua y los árboles. Luego llegó el hombre con su fuego.

La angustiosa incertidumbre de tener la cara contra el piso


Por más breve que haya sido el momento marcado en la cara de un reloj (10, 15, 20 segundos) no lo fue para la mía que asumía la posición contra las losetas frías de mi casa. Estaba en el segundo piso y al escuchar los estallidos sólo supe tirarme al suelo. Y sí, estallidos eran, ¿pero de qué? ¿Disparos vengando la masacre de La Tómbola? ¿Nos bombardeaban? ¿Un avión caído de los cielos?

Luego del estupor, de saber que la casa todavía se sostenía y de que me había librado de algo desastroso, salí a la calle con mi perro. Todos los vecinos salimos al mismo tiempo (luego de recomponerse del susto incial, de la taquicardia, de sentir la posibilidad del final tan cerca) y cuando miramos detrás de mi casa (donde se abre el bosque por donde antes pasaba el río) el humo se alzaba y el anaranjado de las llamas se reflejaba contra la pizarra de la noche. Fue entonces cuando dije en voz alta que no, no había sido un avión sino la Gulf, algo se reventó en la Gulf.

Los periodistas del futuro: la tribu de Facebook y Twitter


La demora con que la prensa tradicional, escrita y televisada, respondieron a este suceso manifiesta su creciente obsolescencia. Las emisoras radiales picaron alante, pero ninguno de los canales locales ni los periódicos de mayor circulación lanzaron algo. El Canal 6 empezó a transmitir como a eso de las dos, casi tres de la madrugada y Primera Hora logró actualizar su página web mucho más rápido que El Nuevo Día, pero ya, hacía horas, que los que se habían despertado por la explosión o los que nunca se habían dormido, se habían enterado de la catástrofe que había ocurrido en las cercanías de Cataño y Bayamón. Fue entre los mismos usuarios de Facebook y Twitter que se descartó la posibilidad de un accidente aéreo y las primeras imágenes y videos fueron suministradas por los "tipos comunes" de nuestro pueblo. Periodismo legítimo, sin comprometer su integridad a cambio de agendas políticas (claro, siempre y cuando no sea el de traer la noticia primero y recibir más comentarios), el 5to poder como lo llaman o periodismo ciudadano, no sólo está para quedarse, sino que está comenzando.

Todos los fuegos la colonia


Lo que no se hizo esperar fueron las unidades de rescate de los municipios. Tan pronto cesaron las explosiones pude escuchar una sinfonía de alarmas moviéndose por la ciudad. No se puede negar este hecho: el mecanismo de emergencia del estado reaccionó a tiempo y construyó infraestructura necesaria casi al instante para abrir caminos y traer agua desde la bahía. Una respuesta rápida y efectiva de parte de Luis Fortuño, para parar el catastrófico incendio y para también ponerle un poco de freno a su marcado declive político.

Pero el estado nuestro siempre ha fallado junto con sus sucesivos gobiernos. Su falla ha sido en la fiscalización de la empresa privada, sobre todo la petroquímica, la farmacéutica y la de construcción. El estado colonial de Puerto Rico --pasando primero por la agricultura a gran escala, donde el capital ausentista norteamericano dominó por medio siglo nuestra economía-- con tal de bajar un poco la tasa del desempleo y de llenarle los bolsillos a otros pocos, procura no hacerle mucho berrinche a los grandes intereses económicos e industriales que han venido a Puerto Rico a hacer riqueza y dejar casi ninguna (véase, por ejemplo, las ya desaparecidas 936, tildadas de milagrosas por el establishment colonial, y a la hora de irse, no dejaron en la eonomía local, no sólo el dinero esperado, sino tampoco el know-how para desarrollar grandes industrias locales, de capital puertorriqueño, como suele ocurrir en otras jursidicciones).

El gobierno puertorriqueño no le hace berrinche al evitar galantemente la imposición de mayores impuestos a las corporaciones foráneas; regalando más tierras fértiles al cemento; no luchando activamente para acabar con las leyes de cabotaje; no desarrollando la (para)diplomacia boricua; haciendo todo lo posible para encapsularnos cada vez más en el sistema estadounidense cortándonos las alas a nosotros mismo. En esto todos los gobiernos han sido culpables.

El factor ecológico o cuán fácil es despachar lo verde


"Un daño ambiental incalculable", fue el estribillo que plagó la prensa durante las horas del incendio, durante las 60 horas del mismo. Incalculable. ¿Con esta palabra qué se pretendía? ¿Atribuirse, de un plumazo, una preocupación ambiental, tan políticamente correcta en estos días verdes? La columna de humo se elevaba y los residuos tóxicos viajaban por el cielo y sabe el viento y las nubes dónde habrá ido a parar. Fue sólo hoy, a tres días de haberse extinguido el incendio, que El Nuevo Día se expresó sobre el ambiente ("El gran reto es ambiental"). Pero antes la habladuría era sobre lo que hacían o dejaban de hacer los políticos, las historias de terror de la gente, las fotos impactantes y las teorías de conspiración. El ambiente, muy bien gracias, "por lo menos se está moviendo hacia el Atlántico". Y yo pensando, vaya, entonces mientras el particulado caiga en el mar y se congestione la atmósfera alta, estamos a salvo de la contaminación. También pensé en la responsabilidad con nuestros vecinos del Caribe: ¿sabe alguien hasta dónde han llegado estos contaminantes y los posibles efectos que puedan tener?
¿Quién asume la responsabilidad? ¿Se podrán alegar reparaciones por los daños ambientales? ¿Qué hacer con CAPECO?

Y finalmente, ¿dónde está Gad (y Sila, Cantero Frau y los millones que le perdonaron)?

Para muestra sólo basta un botón, pero para los eñangotaos, sólo nos resta ver al Partido Popular. La fábula del león aquí y cordero allá es harta conocida, pero qué tal ésta del monstruo de tres cabezas. La ex gobernadora debe esclarecer esta condonación de parte de la deuda que tenía que satisfacer CAPECO por sus violaciones ambientales. Dinero que se perdió para ayudar a mejorar el ambiente, para educar, para invertir en nuevas tecnologías. Pero nada de eso es efectivo en Puerto Rico, porque la mentalidad es que hay que mantener felices a ciertas personas que no vienen a la isla ni invitados y con los gastos pagos. Son nuestros grandes desarrollistas, los inversores ausentistas, ese gran capital detrás de la cortina del management que asegura nuestro camino seguro al progreso (¿y al recogido del café?...yep, ¿quién dijo que tenía que llegar la república pa' irse pa'l campo a trabajar la tierra?).

Las llamas no sólo simbolizaron la agria lucha social que estamos sufriendo, sino que confirmó que alrededor de ellas teníamos, además de los bomberos heroicos, un gobernador crecido y alcaldes usurpadores de la sombra de grandeza de Fortuño, un pueblo que miró la humareda y el fuego como quien ve en su home theater el último blockbuster del cine hollywoodense. Tal y como nuestro querido Gad lo vio, aunque por satélite, en la sala de su casa en Israel.

lunes, 19 de octubre de 2009

Desde la Escuela de Derecho: Lo más nuevo en la blogósfera

Reconocidos y respetados, el blog de los profesores de la Escuela de Derecho, Derecho al derecho, el de la Prof. Érika Fontánez Torres, Poder, espacio y ambiente, y el del Prof. Hiram Meléndez Juarbe, ...elplan..., han estado en la web desde hace ya algún tiempo. Los tres han sido punto de referencia y encuentro para los aliados de las causas justas, de la crítica y la academia. Han llenado, sin lugar a dudas, un espacio necesario entre los blogs boricuas.

Curioso --y más que bienvenidos-- son los blogs que han florecido en la blogósfera en días recientes y en especial en octubre, mes donde además del calor que se sigue arrastrando del verano (¿quién dijo calentamiento global?), está el sudor y fragua de las protestas, de los paros, de los cierres, piquetes y calletrecerías. Un mes convulsionado donde parte del resultado haya sido esta proliferación --y también reactivación-- de blogs como vehículos de libertad de expresión dice mucho sobre el afán del estudiantado y jóvenes profesionales en contribuir a la discusión pública sobre los problemas que aquejan a la nación (a la nuestra, a la puertorriqueña, y no a la mendigada como cree McCajita Feliz). Y dentro de ese torbellino de ideas, de entradas, sugerencias, disgustos y críticas es donde se regenera y fortalece nuestra democracia imperfecta.

Si ahora el aparato estatal va a vigilar lo que publican y anuncian los blogs de los estudiantes puertorriqueños (caramba, pareciera que estos neoliberales del penepé se están pareciendo cada vez más a los comunistas chinos), pronostico que incurrirán en más gastos al tratar de seguirle el rastro a estos blogs alternativos, disidentes y polémicos, casi todos concebidos en el tumulto de este octubre de 2009. ¿Alguien dijo miedo?

Cuentas y cuentos de Fernando Moreno (pre octubre)
Refugio Jurídico de Carlos Saavedra Gutiérrez (pre octubre)
Pensamiento, derecho y política de Luis Alberto Zambrana et al.
Sentido Común de Gamelyn Oduardo
Nananinas de Mariana Muñiz Lara
Garabato Mental de Irisel Collazo Nazario
Biodiversidad de Puerto Rico de Héctor J. Claudio Hernández
Rincón de la cinefilia de Julián Díaz Morales y Yanin M. Dieppa

jueves, 15 de octubre de 2009

Este blog apoya al Paro del 15 de octubre y a las luchas que se aproximan

Sin haber regresado me encontré con la universidad cerrada. Más clases perdidas, más atropellos de los que administran la cosa pública, el país. Hoy es viernes, ya terminó el sit-in de los compañeros de Derecho organizado valerosamente por el CAED(Comité de Acción de Estudiantes de Derecho), la Asamblea frente a Torre Norte; por descargue descolegiaron al Colegio de Abogados, el Supremo validó las escoltas y el Paro Nacional de ayer pasó a la historia. Ahora, porque el paso del tiempo nos brinda nuevas perspectivas, pasemos a hacer sentido y canalizar lo ocurrido en esta tórrida semana de octubre.

La vendetta como estrategia

El verdadero cambio del gobierno de Luis Fortuño es la torpeza con la que los apparatchiki han demostrado su visión de país. Si antes los gobiernos coloniales de turno hacían un esfuerzo para mantener esas voces acalladas, cubiertas en lindos eufemismos y discursos huecos, Fortuño, como fiel discípulo de las Reaganomics, ha encontrado su vocación en desmantelar a la clase pobre de Puerto Rico tanto física como moralmente para el beneficio de unos pocos. El uso de términos de la Guerra Fría no es una mera coincidencia: en Puerto Rico, al ser una nación en la periferia de los grandes cambios mundiales, todavía estamos implosionando al país a través de ideologías absolutistas, tanto de izquierda como de derecha.


El interés de Fortuño de hipotecar al país bajo los peores términos responde a dos razones principales: sus vínculos corporativos con el gran capital que chocan de frente con los intereses de las comunidades y ciudadanos "que no pueden comprar limbers", y su ideología republicana-neoliberal que ve en la organización de masas un peligro inminente porque busca transformar, reenfocar y empoderar a los que no tienen gran participación económica ni política.

La combinación de ambas razones sólo va a causar una cosa: la eventual radicalización del sector mayoritario de Puerto Rico (los pobres y la clase media asalariada) que va a empezar a vivir un empeoramiento sustancial en su calidad de vida. Y es la calidad de vida, el sentido de comunidad, los valores inmutables de los puertorriqueños, lo que este gobierno no siente, entiende ni mucho menos busca proteger.

El cálculo político muchas veces se queda corto de abarcar al componente humano. Son incontables los efectos que emanan del desempleo, las faltas de oportunidades y un tren de vida que favorece al privilegiado y las respuestas que formulan la clase política dominante colonial (azules y rojos) para responder a ellas están más que desprestigiadas. Pero se persevera en ellas, para cuadrar dentro de un marco ideológico-político en particular, para no asustar al americano, para llevar esto hacia una estadidad inasequible o a la continuación perpetua del protectorado indecoroso.

Mayordomos eternos y bochornosos. Esos son los gobernadores de Puerto Rico. Muñoz Marín empezó con la tradición y Fortuño (que hábilmente ha sabido citar a "El Vate" en sus discursos) la ha perfeccionado: vamos a radicalizar a las "garrapatitas vividoras", cortarle el oxígeno, quitarle el Colegio, seguir derrochando el erario en custodiar a los ex gobernadores, en contratos millonarios (may the real Edwin Mundo, please stand up?), a acabar con el Fideicomiso del Caño y pa' fuera los empleados públicos. Crear una radicalización --ya se está hablando en varios círculos-- para invocar el Patriot Act. Y no estoy halando este tema por los pelos, es que ya todo el río subterráneo de los temores y visiones de Puerto Rico ha salido a la superficie. Desde este verano hasta ayer mismo los medios tradicionales y no tradicionales de prensa han captado en varias frases y comportamientos elocuentes de Fortuño y Cía la insensibilidad e incapacidad para gobernar a un país como el nuestro. Ya se ha trazado la línea entre ellos y nosotros: para ser afortunado hay que ser rico y si no, pues a jugar la Loto, las crápulas son las que protestan, las garrapatitas las que organizan a las comunidades, los del Fideicomiso son unos buscones, los comunistas los que intentan frenar el atropello de la policía, los cineastas, escritores, artistas y otros trabajadores de la cultura hay que censurarlos en nombre de la moral de unos y sacarlos de carrera a favor del gran capital; terroristas son los que llaman a abrir los portones de la Universidad, los que mueven al pueblo a protestar, los que se oponen al gobierno, los que buscan transformar.

Se ha formado una cadena de eventos que en realidad son castigos para arrinconar a los que se dignan de elevar su voz contra el conformismo y el atropello. La descolegiación del Colegio va de la misma mano con el atentado que cerró a la universidad esta semana. Si seguimos conectando los puntos llegamos al contubernio neoliberal-fascista entre la legislatura, el Municipio de San Juan y el ejecutivo en contra del Fideicomiso ("lo más importante es el empoderamiento individual", subrayó nefastamente Fortuño) y al desalojo xenofóbico de Villas del Sol.

El martes 13, el Supremo le dio su bendición a las escoltas (para guisar no hay diferencias entre azules y rojos) y descolegió a los abogados mediante una aprobación por descargue, así incumpliendo (aunque, en serio, ¿se esperaba lo contrario?) la promesa del Presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz (y de otros senadores) de llevar un proceso transparente y de altura. De este modo, Tommy se vengó, como un nene chiquito, de la efectiva mediación que el Colegio había prestado horas antes, en el impasse entre el CAED y la policía en la Avenida Ponce de León.

Jorge Santini, Thomas Rivera Schatz, Marcos Rodríguez Ema, Kenneth McClintock y Fortuño se creen que tienen el país en bandeja de plata listo para repartírselo y la estrategia que han seguido lo confirma. Pretender acabar con la disidencia, la denuncia, el grito del que no puede ejercer sus derechos de otra forma y al mismo modo llamar a mantener inmaculado el mal llamado "imperio de la ley y el orden", es una hipocresía. No se puede preservar el contrato social imperturbable si las condiciones sociales no lo permiten. Puerto Rico puede muy bien llegar, en cualquier momento, a ese punto. Y tal parece que así lo está buscando el partido en el gobierno.

¡Que el paro no se detenga, que mañana toca a la Isla entera!


Ante este escenario, los compañeros de la Escuela de Derecho han acallado las voces pusilánimes que quieren ver a un estudiantado dócil, encerrado en bibliotecas y salones. La desobediencia civil, la amplia convocatoria y la presencia sistemática en las luchas más importantes de nuestro país debe servir de catalítico para reformar la profesión jurídica y el estatus actual de los asuntos en Puerto Rico. El Paro de ayer fracasa si no sirve para "revolcar el hormiguero" como siempre nos recuerda la profesora Morales-Cruz. No es que la lucha va a comenzar ahora (¡la misma comenzó hace tanto!), es que la lucha se debe dar desde cualquier trinchera. En el Paro o dentro del Paro, ya lo vaticinó de Diego: "dentro del régimen, en contra del régimen".

Se debe buscar un moméntum más duradero para provocar los cambios antes que se le venza el término a este gobernador. Para bien o para mal, el camino que está llevando este gobierno causará, más temprano que tarde, que lo que ayer fue un paro y anteayer varios episodios importantes de desobediencia civil, crezca en un movimiento político social (me imagino a soberanistas junto con independentistas, estadoístas desencantados, no afiliados y grupos civiles, religiosos y alternativos) que pueda permanentemente combatir las injusticias y diseñar un tan necesitado plan nacional, inclusivo y realista.

Del Paro a la Huelga nacional un paso no es, pero esa debe ser la próxima meta y para eso se debe trabajar. Los chinos han podido ver, por siglos, las oportunidades detrás de las crisis: el carácter para la palabra crisis, 危机, weiji, contiene siempre la semilla para nuevos comienzos. Nos toca a todos, para salvar la nación puertorriqueña, no desaprovechar el cruce de caminos que se aproxima para acabar con el inmovilismo social y la sórdida realidad que consume nuestros días.

Todas las fotos (c) Regina Rodríguez Manzanet. Para ver más de su talentoso lente, vaya aquí.

Más fotos del Paro gracias a José Borges por aquí.

La tribu errante