When you were young o un monólogo incestuoso
El puto CD de The Killers me está jodiendo la existencia. Cambiando canales vi a Brandon Flower cantando y ¡blink! ¡blink! Amor a primera vista. ¡Qué charro! Pues sí, pero realmente era amor al primer oído, porque era su voz la que me recordaba a Molly Ringwald, Judd Nelson, a mi hermano y a él. Fue automático. Aquel día que quería entrar rápido a la oficina marque la clave de la puerta, la abrí a lo loco y me choqué con él. Quizás sonaría más mágico si lo contará Luce López-Baralt, porque este rollo de la mirada y el espejo del alma…eso es… Ese fue el error: mirarlo a los ojos. Se parece a mi hermano, coño, te digo que no son cosas mías. Ese mismo día me fui a buscar el álbum de las fotos viejas y encontré aquella de high school que salía mi hermano con su pelito largo con ricitos atrás bien ochentoso. Él tiene el mismo color de piel y nació el mismo día, el 21 de marzo de 1979. ¡Auxilio! Estas películas de códigos DaVincis me están afectando al igual que el internet y el chat. Pero el colmo, el colmo fue cuando me dijo que estaba jarto de vivir. ¡Ja! Los aries, los aries…¡Dios mío, pero si papi lleva 40 años casado con mami! ¿Qué carajo le pasó a mi hermano? ¿Demasiado Pac-Man en los ochenta? No, y más charra y en crack estoy yo, que me pongo a creer en los niños índigos y me pongo a justificar las acciones de mi hermano con la telepatía, los súper poderes y los niños azules. Es que estoy del carajo, le escribí un cuento a ese muchacho, para motivarlo a saltar, a caerse. ¿Pero eso no fue lo mismo que hizo Mel Gibson con el tipo del edificio, en Lethal Weapon 1? Bueno, pues eso, que me hubiera gustado rescatar a mi hermano del putero de oficina que tenía en Santurce y haberle dicho: ¡mira, pendejo, deja la depresión, vente, vámonos, tú serás Thelma y yo Louis, vámonos en el BMW, booster, rooster, ja, ja, ultra charro! Escúchame bien, Bernardo, bajo ningún pretexto me vuelvas a tocar los que no tengo, porque te juro, te juro que te busco en un convertible verde y retro para que saltemos juntos. Dame la mano y vámonos a estrellar torres gemelas… ¡Aguántate y no te sueltes ni, pa’l carajoooohhhhh!
Nydia Russe (Río Piedras, 1973) espera por un benefactor tipo Robert DeNiro en Great Expectations para dedicarse sólo y exclusivamente a escribir. Si alguien está interesado, envíele lo que sea menos un walkman amarillo Sony. Ya ella tiene uno y si en algún momento tuviese que viajar -nuevamente- fuera de este planeta se lo llevaría con su cassette mix de canciones ochentosas. "Y, ¡ah!," añade ella, "le mandaría a doña Rosa de Morovis un 'long distance dedication from Casey Casom'".
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