Ver a Buenos Aires desde mi balcón te da otra vibra. Ves de frente a la arquitectura y al cielo obviando a las personas. Se convierte en una ciudad habitada por autos, motos y colectivos; por alarmas, luces y edificios. Los humanos sólo causan un rumor, un susurro parecido al olvido.
"...[E]l vacío de la casa se les presentaba como un animal dispuesto a tragarse cualquier sonido..." La tribu existe para combatir ese vacío y preservar los sonidos.
sábado, 8 de noviembre de 2008
Ciudad deshabitada
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