viernes, 18 de abril de 2008

Tres, Estarbuquerías

Mi ciudad cafeinada

Demetricus, luchador amateur

La fina frontera que separa mis fantasías de la realidad colapsó en ese preciso momento que Demetricus contestó su móvil en el Estarbucs de El Señorial. Dijo que él mismito había buscado a una señora que le enseñara a coser para que pudiera hacerse los trajes. Luchaba en una localización no enunciada en el amplio sector de Barrio Obrero. Allí se dan las mejores peleas, no busques nada más. No entendí si era por el alcohol, el dinero que le pagaban o las adolescentes en hot pants que se trepaban a la lona de vez en cuando para animar a los fanáticos.

¿Los colores? El azul, dorado y negro. Una ‘D’ mayúscula en el pecho resplandeciente entre rayos de oro. La máscara combina con el atuendo y una explosión de lentejuelas circunda los huecos por donde los ojos se asoman. Los guantes de cuero blanco y las botas inmensas de militar. En la lucha amateur casi todo se vale y bien escondida entre la media del pie izquierdo guardaba un hermoso puñal que había heredado de su papá. Sólo por si acaso, se decía todos los viernes y domingos de lucha.

Cuando Demetricus enganchó, tomó los dos Frapuchinos que le habían preparado para llevar y, virándose suavemente para evitar golpear a alguien con la macana y el revólver que llevaba ajustados al cinto, lo vi salir hacia la patrulla donde lo esperaba Papote, el Mastodonte.

Infusión

Pido té no porque no me guste el café. Pido té porque me sale más barato en este momento en que no puedo vivir del cuento. (Pero consideraré los Frapuchinos a ver si me convierto en luchador clandestino).

La ciudad del T

Navidad frente al Charles

Me llamó para preguntarme si me acordaba de lo que le había dicho ayer en una fiesta de blanquitos que no paraban de tomar licor. Yo me disponía a servirle Coca-Cola porque así lo había pedido pero al instante me dijo no, que mejor quería de la Sprite que estaba justo al alcance de sus dedos. No estaba muy acostumbrada a la caballerosidad caribeña, muy bien, así que mejor me voy con tu amiga a la fiesta de mañana de la compañía, sobre todo porque tú estarás con tu familia y tu papá es jefe mío.

A su pregunta le dije que sí, que todavía mi oferta estaba en pie, que iría con su amiga, también llamada Allison. Y antes de enganchar, mientras ya me disponía a volver a mis escritos en este Estarbucs justo en la estación de Newton Center, me informó, como para implosionar cualquier cerebrito de mi parte, que mi número lo había obtenido de mi supervisora y que cool, nos veríamos en el vestíbulo del Museo de las Ciencias a las ocho.

Cuando Boston cambie

De ahora en adelante, cuando hurgue en mis recuerdos la ciudad de Boston te veré. Vendrás envuelta en ellos como la leve neblina que se apodera de sus calles en el invierno, a la luz de los faroles. Y me encantará de la misma manera que me encantaba el dulce aroma que sentía en mi escritorio y te delataba aunque estuvieras callada e inmóvil. Estos meses han sido una angustia por sentir esa urgencia mía de querer lo prohibido: marcaba tu número para llamarte e inmediatamente enganchaba; te miraba a los ojos y enseguida rebuscaba mi mirada; te hablaba porque no podía evitarlo pero callaba porque a las cinco de la tarde, en una oficina, no se hacen las mejores invitaciones para salir. Fueron unos meses en que me hiciste sentir bienvenido a una extraña ciudad, en los que me hiciste los días en el trabajo más placenteros, meses en los cuales aguardaba impacientemente la hora del almuerzo. Ahora te vas y en mi testarudez te despido, deseándote lo mejor, al mismo tiempo que me repito: ¿qué hubiese sido? Te vas y te escribo apurado, en español, lo que no te pude decir.

3 comentarios:

Meche dijo...

Uff...¡esa última parte me rompió el corazón!

Arlene Griselle dijo...

WOW, SI QUE HE COLECCIONADO MUCHOS RINCONES BUENOS PARA VISITAR HOY, EL TUYO ES UNO DE ELLOS, VOLVERE.

http://arlenedosyalguncamino.blogspot.com/

http://mujerpoesia.blogspot.com/

Unknown dijo...

Griselle:

Yo también te visité y presencié una vibrante fuente de energía. Tendrás tu lugar en La tribu.

Gracias por tus lindas palabras.

La tribu errante