Lo que incluyo abajo es un fragmento de una reflexión que hice para mi clase de Profesión Jurídica, en la Escuela de Derecho de la UPR-RP. Estaba comentando sobre un artículo publicado en 2000 por el reconocido abogado catalán Ramón Mullerat.
Igualmente está en debate su aseveración de que este siglo XXI es el segundo siglo de dominio estadounidense, contenida en el número diez, también de la segunda parte. Ciertamente el mundo de Mullerat en el 2000 era muy distinto al actual, post 11 de septiembre (evidencia de que el mundo cambia con una velocidad asombrosa). La verdad es que la guerra en Irak y la ácida política exterior estadounidense han desatado un sentimiento anti-norteamericano a nivel global. Esto hace que hoy en día represente para los norteamericanos el peor momento que han enfrentado luego del colapso de la Unión Soviética. Esto no es, pues, un buen modo de iniciar un nuevo siglo como la potencia dominante.
Sólo dos cosas ha logrado la guerra en Irak, además del alza en el petróleo. Por un lado, los medios que informan la guerra y los mercenarios y compañías privadas que la apoyan tanto en términos de combate, como en logística y otras actividades no bélicas, han creado un nivel de interdependencia entre los países desarrollados y en subdesarrollo más estrecho. En otras palabras, la globalización ha avanzado, para bien o para mal, gracias a Irak. Por supuesto, esta cooperación entre ambos mundos se ve cuestionada por personalidades conflictivas como Hugo Chávez y Mahmud Ahmadinejad, que traten de menoscabar esa realidad con su ya folclórico (por no decir errático y peligroso) comportamiento. Pero sus agendas y popularidad son, precisamente, ejemplo de que la globalización es un fenómeno además de irreversible, eficaz.
La otra situación que ha causado la guerra en Irak ha sido la búsqueda sin cuartel de la espiritualidad. Si bien esta búsqueda ha estado plagada de fanatismo y terrorismo tanto de musulmanes como de cristianos (no olvidemos que el Presidente George W. Bush, junto a sus defensores más fanáticos son born-again Christians), evidentemente todavía existe una preocupación humana que va más allá de la vida, salud y dinero, aunque parezcan que al final todo se mezcla.
2 comentarios:
al final TODO se conecta
Todo se conecta porque, en muchas ocasiones, todo está fríamente calculado.
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