Muchos consideran que hablar del estatus político de Puerto Rico es un cliché. Mi respuesta es que lo sería si no fuéramos una colonia. No sólo nuestra metrópoli, los Estados Unidos de América (EUA), lo ha reconocido en el Informe Interagencial de 2005, sino que hasta los mismísimos populares (y menos recientemente los penepés) ya no tienen reparos en llamar al Estado Libre Asociado (ELA) colonia. "We are back to step one", o sea, de vuelta al 1953 cuando se solapó la ignominia del coloniaje a nivel internacional ante la ONU con el invento del ELA. A la ONU fueron juntitos los populares y los penepés con los estadounidenses para defender al ELA como un experimento nóvel y liberar a los EUA de los informes que anualmente rendía a la ONU sobre el estado de su posesión colonial más grande, Puerto Rico.
A propósito de la reunión que este martes se celebra en Casa Blanca con los líderes de los partidos políticos puertorriqueños en torno al estatus, La Revista de El Nuevo Día ha publicado dos artículos que tratan sobre nuestra condición colonial. Uno lo escribió Edgardo Rodríguez Juliá en su excelente columna Guaynabo City Blues y el otro, titulado La 'estadidad' no termina el colonialismo, trata sobre cómo en Martinica, inclusive luego de advenir a la departamentalización francesa en 1946 (lo que equivaldría, en nuestro caso, a la estadidad con EUA), perdura un sentimiento de inconformidad y confusión entre las lealtades políticas y culturales, además de una serie de problemas sociales y económicos. En 1949, a sólo tres años de la integración de Martinica con Francia, Aimé Césaire declaró: "a partir de ahora, la contradicción se va a exacerbar y estallar frente a los ojos de todos, entre la nueva fórmula política que se le dio a este país y la realidad económica-social y administrativa, fórmula que ustedes no tuvieron la valentía de modificar, fórmula que será colonial y yo diría que hasta colonialista misma". Des origines de la nation martiniquaise – Camille DARSIERES, coll. Thèse & textes DESORMEAUX.
Lo curioso del caso es que sesenta y un años después de la 'estadidad', el Presidente de la región de Martinica, Alfred Marie-Jeanne, pertenece al Movimiento Independentista Martiniqueño. En una situación similar se encuentra Bermuda, como verán en el siguiente artículo que publiqué el año pasado.
Una lista de agravios
Por: Luis A. Ponce
Perspectiva
El Nuevo Día – viernes, 16 de junio de 2006
En nuestro hemisferio hay otro archipiélago que junto al de Puerto Rico es una de las colonias más antiguas del mundo. Me refiero al archipiélago de Bermuda, un territorio de Ultramar de la Corona inglesa. Muchos puertorriqueños desconocen los procesos políticos e históricos de dichas islas que se encuentran frente a las costas de Carolina del Norte. Desconocen que el eficiente sistema colonial británico ha permitido la formación de un gobierno local verdaderamente autónomo. La corona británica sólo se encarga de los asuntos diplomáticos y la defensa.
Un dato interesante es que la constitución vigente en Bermuda, ratificada en 1968, fue redactada con la independencia del archipiélago en mente.
Aunque la independencia nunca se materializó (fue derrotada abrumadoramente en el plebiscito de 1995), Bermuda ostenta su propia moneda, es miembro asociado de CARICOM (oportunidad que fue denegada a Puerto Rico por el Departamento de Estado Federal) y, sin poseer industrias ni recursos naturales explotables, tiene un desempleo bajísimo (5%) y un ingreso per cápita similar al de los Estados Unidos. El gobierno en poder, dirigido por el premier William Alexander Scott, ha retomado el tema de la independencia.
En Puerto Rico, las limitaciones del ELA son muchas. EE.UU. nos controla de tal manera que hasta los británicos nos llaman "Welfare Island" (The Economist, 27 de mayo al 2 de junio). Además de demostrar la falta de libertades políticas y económicas que sufrimos en comparación a las islas Bermuda, esta exposición nos lleva también a concluir que Estados Unidos, en su afán de distanciarse lo más posible de su antigua metrópoli (Gran Bretaña), ha fracasado como administrador colonial. Nos compete ahora a los puertorriqueños denunciar estos agravios. Si caen nuevamente sobre oídos sordos, nos veremos forzados a tomar las riendas de nuestro destino. No podemos seguir malgastando el tiempo.
Más notas mías a modo de discusión...
Los independentistas en este país nos tenemos que dar cuenta de la importancia que tienen las elecciones en la colonia. Sino es para adelantar la causa independentista, por lo menos lo es para enviar un mensaje. La estrategia de no participar en las elecciones o de no votar por el único partido que defiende la independencia no ha rendido ningún fruto, sino que le ha servido a los enemigos de la soberanía nacional. Las no tan brillantes ejecutorias del PIP es materia de otra discusión, pero hasta que no se formé otro partido electoral independentista, es preferible votar por el PIP que votar por colonialistas o abstenerse. Los ejemplos de Bermuda y Martinica representan un modelo a seguir porque aún sin ser independientes, sus líderes electos más importantes favorecen la independencia de sus respectivos archipiélagos y eso es un mensaje poderoso, independientemente del grado del poder que se ejerza. A ver si todas la organizaciones independentistas recapacitan y para las elecciones del 2008 se presentan unidas en un frente amplio soberanista. Por la independencia siempre es mejor sumar que restar.
4 comentarios:
Casi,casi me haces retomar la idea ir a emitir mi voto ausente (1era vez) por el PIP, que aunque en los últimos años siento que su lucha es contraria a lo que aspiramos a la soberania de Puerto Rico, basado en un sistema político de vanguardia y justicia social(¿existe eso o es mi utopía?, por otro lado tengo que confesar que la apatía a votar, por el PIP o ninguno, no fue una decisión a la que haya llegado por la razón, sino por el simple hecho de que lo veo así), es el único partido que representa el camino aunque trunco por la independencia de Puerto Rico. Krajo mira que sueño con algún dia trabajar en la embajada de Puerto Rico. Me evitaría tener que estar explicándole a la gente cual es nuestra relación política con USA.
Gracias por educarnos y compartir tan valiosa información.
C:
Yo también comparto ese sueño y espero que todos los que queremos una diplomacia boricua hagamos todo lo posible por alcanzarla, en todos los frentes. Un frente es el electoral...si se vota o no por el PIP debe hacerse de una postura que adelante la lucha, cosa que la abstención o el melonismo no han hecho. Hay otras estrategias fuera de la vía electoral, claro, pero el marco ideal sería que el independentismo coordinara y participara unido en todos los frentes.
En estas elecciones hay otra opción y es el PPR de Rogelio Figueroa. Hasta yo mismo he contemplado votar por ellos...lo haría si el independentismo no logra, para el 2008, aglutinar todos sus elementos.
Qué bueno que cada día sé que hay gente con esperanza para este pueblo que se ha caracterizado por su docilidad. Pero Luis, ¿no crees que los medios no aportan nada en renovar el discurso político sin caer en la politiquería noticiosa? ¿no piensas que son tan culpables de la desinformación en la que están sumidos miles de boricuas? Me explico, le dan exclusivas a políticos vulgares, que creen que con cambiar el nombre de la policía municipal de español a inglés, resultará con una baja automática en la criminalidad, utilizando el discurso monserguero para sofocar las mentes dormidas de los oyentes, que dócilmente asienten con la cabeza mientras él habla en la conferencia. Esto es sólo un ejemplo que hay que combatir, no podemos permitir que el discurso ambiguo rellene la parte seria en lo del estatus. Disculpa mi divagación pero en cuanto a lo de Martinica y Bermuda los boricuas necesitan más información que los ayude a escoger y no vuelvan a elegir como decía Octavio Mirbeau el carnicero que los matará y el rico que se los comerá, ya que la desinformación y el miedo a la soberanía lo han creado los mismos políticos y los medios de comunicación para su beneficio propio. Es curioso pero según tu escrito, los político de Bremuda y Martinica apoyan la independencia, aquí sin embargo lo políticos excepto por el temblusco PIP y algunos movimientos sociales como el MINH handado la batalla por la ideología de soberanía y los demás políticos le rehuyen a este ideal. Cuando en realidad sus fundadores éran nacionalistas o creían en la soberanía (Luis Muñoz Marín) y el PNP de Luis A. Ferre, que provino del Partido Federal que fundó Barbosa y que este ultimó argüía que si no había estadidad tampoco quería la colonia y que mejor prefería la soberanía, creo que esto a los estadistas de ahora no se lo explican así, inclusive Luis A. Ferre se le olvidó esta parte cuando fundó su partido y Barbosa quedó como el equivocado padre de la estadidad para siempre.
Jota J.
Saludos desde la oclocracia.
Jota-Jota:
Gusto en saber que sigues navegando por estas latitudes y que tienes un blog. Bienvenido a la blogosfera.
Empezaré por el final de tu comentario. El problema de los estadistas contemporáneos es que han salido de los populares y bajo el culto de la dependencia del ELA. Los estadistas deberían ser un movimiento de avanzada y progresista (como bien establece el nombre del partido que los aglutina). Sin embargo, sus líderes y políticos se han caracterizado por más de las veces como elementos ultra-conservadores, recalcitrantes (no olvidemos que las turbas originales se dieron dentro de los republicanos estadistas) y criminales. Los líderes serios estadistas están fuera del PNP o fuera de Puerto Rico.
Desde hace unos cinco años para acá entiendo que hay que tomar el tema de la soberanía con optimismo. Ahora, tanto los populares como los penepé hablan de soberanía y eso es así fundamental y exclusivamente por el discurso independentista. Claro, cada grupo tergiversa el significado de 'soberanía' a su conveniencia, pero veo que ha ocurrido un progreso, como ha ocurrido con la palabra 'colonia'. El momento de la soberanía llegará y hoy estamos más cerca que ayer.
Sobre los medios del país, pues, la verdad es que se conforman con la politiquería que impera en el gobierno porque no hay nada más y eso es lo que le gusta a la gente incluyendo las personas preparadas y supuestamente educada. El problema es que tradicionalmente se ha usado el estatus para politiquear, para usarlo de gallito de pelea eleccionario y después abandonarlo. En esto, los populares son los especialistas y AAV el mago por excelencia.
La politiquería nunca terminará por lo que nos toca buscar y utilizar métodos nóveles para llevar el mensaje y educar al pueblo.
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