viernes, 28 de septiembre de 2007

Mundo lágrimas

Cuando ella lloró porque él no le chupaba sus pezones marrones como la yema tostada, pezones de areolas circularmente perfectas y con un leve sabor a rocío, porque a él lo que le invadían eran las ganas de mirarle su rostro y no de lamerle las tetas, en ese momento cuando, molesta, se salió de encima de él y se echó a un lado fue cuando él se dio cuenta que ese mismo día el también lloraría como no lo había hecho en un año entero.

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