lunes, 11 de febrero de 2008

Intento golpista en Timor Oriental

Timor Oriental (o Timor Leste) es el país independiente más joven del mundo (Fecha de Independencia: 2002), luego de haber sido una colonia portuguesa y posteriormente haber sido anexada ilegalmente por Indonesia. Naturalmente, he seguido de cerca los acontecimientos que han ocurrido desde que a finales de 1999 los timorenses votaron en un plebiscito auspiciado por la ONU. Luego del apoyo abrumador a la independencia, milicianos indonesios descontentos con el resultado protagonizaron ataques que sacudieron a la población y pusieron en jaque el proceso de autodeterminación. Gracias a la misión de la ONU dirigida por el fenecido Sérgio Vieira de Mello, y junto a Australia y a otros países de la región, la situación se pudo contener y encaminar al pueblo timorense a la independencia.

A pesar de este éxito incial de la ONU, la violencia estalló nuevamente en 2006 cuando 37 personas murieron en varios días desastrozos protagonizados por unos soldados descontentos por su despido. La violencia surgió nuevamente hoy cuando se desató un intento de golpe de estado en el que el Presidente, José Ramos Horta (ganador del Premio Nobel de la Paz, por sus esfuerzos conducentes a la independencia de su media isla) resultó seriamente herido.

La violencia post-colonial en Timor Oriental se ha debido mayormente al descontento que ha habido entre las filas de los ex combatientes del FRETILIN que formaron por un tiempo parte de las Fuerzas Armadas de la república y que en 2006 fueron liberados de sus puestos sin una justa compensación. El problema no surge sólo por este error del estado timorense, sino por uno más grave y profundo que ha aquejado a gran parte de los países que se han liberado del coloniaje por medio de guerras de guerrillas (el caso de África es paradigmático): la falta de profesionalismo en las fuerzas armadas. El gobierno que se instala luego de la independencia y que surge de las filas revolucionarias usualmente tiene la intención de formar un buen gobierno: el problema es que se olvidan de los miles y miles de combatientes que ayudaron a esos líderes a tomar el poder. No implanta un nuevo modelo de ejército o falla en promover programas de readiestración. Claro, muchas veces esto ocurre porque simplemente no hay dinero y los antes líderes carismáticos se han convertido en corruptos profesionales. Entonces los ex guerrilleros que de repente se encuentran desempleados razonan que no es justo que ellos, que ayudaron a los ahora presidentes y ministros alcanzar el gobierno, no tengan qué comer. Se forman facciones, los revolucionarios heroicos durante la guerra contra la colonia se convierten en los rebeldes "auténticos", el gobierno responde tildándolos de traidores y en pocos días se cuaja una guerra civil. En África, la Guerra Fría jugó un papel protagónico en fomentar esas divisiones y llevarlas a niveles atroces cuando ambas potencias armaban a una y otra parte respectivamente.


Al finalizar la Guerra Fría, los grandes conflictos y genocidios que se produjeron en los noventa(los Balcanes, Ruanda, Kosovo) también buscaban adueñarse del poder o buscar la independencia, pero lo que dirigía esta violencia era más bien las rivalidades étnicas y nacionalismos exacerbados que las ideologías políticas o un descontento dentro de las fuerzas armadas. En cambio, lo que sucede hoy en Timor Oriental se debe a que el gobierno no previó los errores que otras jóvenes repúblicas cometieron con los miembros de sus fuerzas armadas. De igual modo, estos eventos en Timor Leste se prestan para hacer una crítica a la cautela excesiva que muestra Australia y otras potencias regionales de no involucrarse en algo más que no sea el envío de tropas cada vez que ocurre un brote de violencia y que verdaderamente ayude a la estabilización de esta joven nación de un millón de habitantes.

Por este problema de la falta de profesionalismo en las fuerzas armadas y de mecanismos para reubicar a ex combatientes, y por las dramáticas diferencias en el perfil profesional entre timorenses y puertorriqueños, es ilógico argumentar que en un Puerto Rico independiente vaya a surgir la violencia interna que está aquejando a Timor en estos últimos años o que todavía aqueja a repúblicas que se independizaron a mediados del siglo pasado. Estos infortunados eventos, pues, no deben alarmar (aunque sí preocupar y movernos al análisis serio) a los que aspiramos a un Puerto Rico independiente, ni a los que todavía no están convencidos de que la independencia es la mejor herramienta para promover nuestros intereses como puertorriqueños en un mundo cada vez más competitivo.


No perderé de vista lo que vaya a suceder en Timor Oriental en estos próximos días, pero también me inclinaré a escuchar más sobre Kosovo, ya que es casi seguro que esta ex provincia serbia le siga los pasos a Timor Oriental y se convierta en el próximo país independiente más joven del planeta. ¿Quién dijo que la independencia no está de moda?

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La tribu errante