Aunque estemos en el Caribe se respiran aires otoñales. Noviembre equivale a pavo, no importa cuán puritanos o tragafuegos seamos: en Puerto Rico se come pavo en este mes más que en cualquier otro y punto. En celebración de este mes y sus vicios del pseudo otoño capitalista, compartí con La Acera un cuento que hace un año publiqué inicialmente en La tribu. El mismo ha sido reeditado y creo que ha alcanzado su madurez definitiva. Espero que lo disfruten aquí.
Un abrazo en gravy y batatas caramelizadas.
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