Elidio me incluyó en sus ocho para que dijera ocho cosas sobre mí. Aquí van esas ocho cosas y los ocho seleccionados para que la cadena no se rompa. Eso sí, no se vuelvan un ocho.
1. La escritura
Me gusta escribir en cualquier pedazo de papel, cartón, tela o servilleta que tenga en frente. Claro, también escribo en mi ordenador, aunque en muchas ocasiones ese es el último paso: la pantalla y el teclado se convierten en instrumentos de trascripción más que de creación. Escribo para complacer mis voces y, a veces, para enfrentarme a alguien y, con las palabras, realizar un duelo. Escribo porque, creo, es lo mejor que sé hacer.
2. Cocinar, comer y conversar
Sí, así juntas es como me gustan, si no, se vuelven en actividades rutinarias, sin un significado más allá del elemental y cotidiano. Me gusta cocinar mientras pico y converso; conversar mientras me siento a la mesa y bebo. La cocina se convierte en otro tipo de arte ejecutado con las manos y en un verdadero acto de amor.
3. Las Relaciones Internacionales
La curiosidad me llevó a otros mares y a miles de páginas alejadas de la tierra de la literatura, y, bueno, de esta ínsula llamada Puerto Rico. Vi en las relaciones internacionales y en las normas y barbaries que las rigen (diplomacia a veces, guerra mucho más a menudo) una oportunidad de utilizar en una misma disciplina los idiomas, la cultura, la historia y las tradiciones para entendernos mejor y devolvernos algo de la esperanza perdida.
4. Leer en mi terraza
En mi terraza siento que no estoy en Bayamón y muchas veces, en vez de terminar las lecturas que inicio, termino hablando con mi perro (un husky siberiano). Gajes del oficio de fabulador.
5. No tomar fotografías
Soy lento en absorber la tecnología. Por ejemplo, mientras muchos de los compañeros blogueros crearon el suyo hace años, el mío solamente tiene siete meses. Pues lo mismo me pasa con las fotos, pero peor. Simplemente no está en mi cabeza tomar fotos, y eso que me gusta que me fotografíen. Las fotos que tengo muchas veces son tomadas por otras personas. Yo pienso en otras cosas cuando visito y viajo a otros lugares. Tomar fotos está al final de mi lista. Me pierdo en el momento, en los recuerdos y en las palabras.
6. Observar: Así aprendo
En esto soy bien científico. Me deleito en observar a la gente, los paisajes, mi casa, la calle, la ciudad. Así lo estudio todo. Observo y aprendo. Así he entendido muchas cosas y escrito otras más.
7. Soñar y dormir (no es lo mismo)
Como más rico consigo dormirme es pretendiendo que voy a leer un libro en la cama. Acomodo las almohadas debajo de mi cabeza para facilitar la lectura (bueno, en realidad el sueño), abro el libro y empiezo a leer. Y leo por unos minutos, me adentro en la lectura, pero cuando empiezo la próxima página, los ojos se me empiezan a cerrar y el pensamiento se me escurre hacia otras imágenes, escenas y recuerdos. Me adentro en esos recuerdos y en las ricas imágenes que me invaden y entonces me digo que voy a descansar la vista y el cuello por unos minutos y, marcando la página (porque me creo que voy a regresar a la lectura), cierro el libro, me quito los espejuelos y la segunda almohada debajo de mi cabeza. Y al cabo de un momento, no sólo duermo, sino que sueño y a falta de estar consciente, casi nunca los logro rescatar en tinta y papel.
8. Viajar y no sentirme extranjero
Será porque he viajado desde muy pequeño, soy mitad peruano, estudié fuera de Puerto Rico, o porque estudié idiomas extranjeros y me interesan las relaciones internacionales o porque simplemente me gustan los aviones, barcos, trenes y autos y hablar con personas de distintos trasfondos y culturas… Será por todo eso que me gusta tanto viajar y conocer lugares nuevos y vivir costumbres ajenas. Me gusta convertirme en el extranjero que se inmiscuye en la cultura visitada, el que se adapta y no rechaza, da la bienvenida y no huye. Esas vivencias, entonces, trato de adecuarlas a mi vida diaria aquí en Puerto Rico, para construir –como en Caguas– mi diminuto y pequeño país personal, en extranjería siempre.
Escojo a las siguientes personas (¿víctimas?) para que continúen con este YoYo: Nydia Antonia Russe, Anahí González, José Borges, C, Francisco Font Acevedo, Manuel Carrión, Melissa Figueroa y Malena.
1. La escritura
Me gusta escribir en cualquier pedazo de papel, cartón, tela o servilleta que tenga en frente. Claro, también escribo en mi ordenador, aunque en muchas ocasiones ese es el último paso: la pantalla y el teclado se convierten en instrumentos de trascripción más que de creación. Escribo para complacer mis voces y, a veces, para enfrentarme a alguien y, con las palabras, realizar un duelo. Escribo porque, creo, es lo mejor que sé hacer.
2. Cocinar, comer y conversar
Sí, así juntas es como me gustan, si no, se vuelven en actividades rutinarias, sin un significado más allá del elemental y cotidiano. Me gusta cocinar mientras pico y converso; conversar mientras me siento a la mesa y bebo. La cocina se convierte en otro tipo de arte ejecutado con las manos y en un verdadero acto de amor.
3. Las Relaciones Internacionales
La curiosidad me llevó a otros mares y a miles de páginas alejadas de la tierra de la literatura, y, bueno, de esta ínsula llamada Puerto Rico. Vi en las relaciones internacionales y en las normas y barbaries que las rigen (diplomacia a veces, guerra mucho más a menudo) una oportunidad de utilizar en una misma disciplina los idiomas, la cultura, la historia y las tradiciones para entendernos mejor y devolvernos algo de la esperanza perdida.
4. Leer en mi terraza
En mi terraza siento que no estoy en Bayamón y muchas veces, en vez de terminar las lecturas que inicio, termino hablando con mi perro (un husky siberiano). Gajes del oficio de fabulador.
5. No tomar fotografías
Soy lento en absorber la tecnología. Por ejemplo, mientras muchos de los compañeros blogueros crearon el suyo hace años, el mío solamente tiene siete meses. Pues lo mismo me pasa con las fotos, pero peor. Simplemente no está en mi cabeza tomar fotos, y eso que me gusta que me fotografíen. Las fotos que tengo muchas veces son tomadas por otras personas. Yo pienso en otras cosas cuando visito y viajo a otros lugares. Tomar fotos está al final de mi lista. Me pierdo en el momento, en los recuerdos y en las palabras.
6. Observar: Así aprendo
En esto soy bien científico. Me deleito en observar a la gente, los paisajes, mi casa, la calle, la ciudad. Así lo estudio todo. Observo y aprendo. Así he entendido muchas cosas y escrito otras más.
7. Soñar y dormir (no es lo mismo)
Como más rico consigo dormirme es pretendiendo que voy a leer un libro en la cama. Acomodo las almohadas debajo de mi cabeza para facilitar la lectura (bueno, en realidad el sueño), abro el libro y empiezo a leer. Y leo por unos minutos, me adentro en la lectura, pero cuando empiezo la próxima página, los ojos se me empiezan a cerrar y el pensamiento se me escurre hacia otras imágenes, escenas y recuerdos. Me adentro en esos recuerdos y en las ricas imágenes que me invaden y entonces me digo que voy a descansar la vista y el cuello por unos minutos y, marcando la página (porque me creo que voy a regresar a la lectura), cierro el libro, me quito los espejuelos y la segunda almohada debajo de mi cabeza. Y al cabo de un momento, no sólo duermo, sino que sueño y a falta de estar consciente, casi nunca los logro rescatar en tinta y papel.
8. Viajar y no sentirme extranjero
Será porque he viajado desde muy pequeño, soy mitad peruano, estudié fuera de Puerto Rico, o porque estudié idiomas extranjeros y me interesan las relaciones internacionales o porque simplemente me gustan los aviones, barcos, trenes y autos y hablar con personas de distintos trasfondos y culturas… Será por todo eso que me gusta tanto viajar y conocer lugares nuevos y vivir costumbres ajenas. Me gusta convertirme en el extranjero que se inmiscuye en la cultura visitada, el que se adapta y no rechaza, da la bienvenida y no huye. Esas vivencias, entonces, trato de adecuarlas a mi vida diaria aquí en Puerto Rico, para construir –como en Caguas– mi diminuto y pequeño país personal, en extranjería siempre.
Escojo a las siguientes personas (¿víctimas?) para que continúen con este YoYo: Nydia Antonia Russe, Anahí González, José Borges, C, Francisco Font Acevedo, Manuel Carrión, Melissa Figueroa y Malena.
Estas son las instrucciones:
1. Cada jugador comienza con 8 cosas sobre sí mismo.
2. Las personas que han sido seleccionadas por el jugador tienen que escribir en su blog 8 cosas sobre ellas y escribir las reglas.
3. Al final de tu escrito tienes que seleccionar a otras 8 personas y escribir sus nombres/blog.
4. No te olvides de dejarles un comentario - que han sido seleccionadas para este juego - y leer su blog.
15 comentarios:
yoya, yoya habia escrito el mio, leelo aquí:
http://unoicero.blogspot.com/2007/06/mi-turno-para-el-meme.html
estamos en le mismo bote, soñar y dormir...
ah, tenemos la misma filosofía de viaje. incluso, creo que uno adopta costumbres dependiendo el país. ej. en bogotá desayunaba arepas con huevos pericos; en francia un croissant con mermelada, un café y quizás un yogur; en madrid, un poco de pan, con jamón serrano y queso; y así uno se hace parte de la experiencia cotidiana de todo lugar que visita.
Te has MeMeado encima, Luis. El tema favorito de todos los escritores: hablar de uno mismo. Después de todo, la escritura es exhibicionismo. Y la comida no podía faltar, claro.
Ya. Creo que no me convertí en un ocho. Un saludo, hermano.
-J
Gracias, regresé de Nueva York ayer y recién veo el YoYo en que me has metido, ahora a ver cómo hablo de mí misma sin caer en la autoflagelación.
Saludos desde el manicomio
Compromiso cumplido: El Yo-Yo de la Legión ya es. A ver si otros siguen yoyando o desyoyan la cosa. Unidos lograremos el sueño: cambiar el tótem por un yoyo gigante. Cuídate.
C:
Yo que me creía que había escogido a blogueros no MeMeados...jaja. Pero genial, gracias por el enlace. Seguiremos navegando en las tranquilas aguas del sueño.
Iva:
Esa es la belleza de viajar, adaptarse. Entonces cuando uno regresa, puede darse el lujo de variar un poquito la rutina en Borinquen Bella.
Elidio, o el Instigador del MeMeo:
Si me MeMee demasiado es porque así me indicaban las directrices del MeMeo. Me agradó eso de dirigirse al regente (préstamo del Miope Mayor) de esta Tribu como escritor. Mmmmm, rico alimento para el EGO, jaja. Y la escritura os hará libres...
Jotabe:
Gracias por la notificación, estuve en Rincón todo el wikén y hoy recién me conecto a la Internet. Espera por mi comentario en tu blog.
Anahí:
Usualmente no me gusta meter a la gente en cosas, pero no pude resistir la tentación de un "chain letter" blogueado. Welcome back!
Miope Mayor:
Jaja, genial. ¿Dónde firmo la petición? Gracias por sumarte a las huestes YoYoyeras.
Yo soy de caguas!
¿Y cuándo estás en el baño y tienes que escribir algo que se te acaba de ocurrir y te queda poco papel, pero acabas de plantar el fruto de tu intestino? te limpias o escribes?
De lenta tecnología, somos dos, yo empecé mi blog ayer
Voy a contestar el meme, en mi blog Nostalgia.
Gracias por tenerme en cuenta.
Abrazo.
Dra. de Caguas:
Jaja, interesante situación en la que me pones...Satisfacer las necesidades intelectuales o corporales? Jum, el eterno dilema. Todo se complica si no traes boli encima y lo único que puede dejar marcas, pues...
Leí tu blog, también estoy en la Maestría de la USC...el juego ahora es descubrir quién eres, no?
Saludos desde La tribu.
Miraaa, mi yo-yo hizo la vuelta al mundo la gente que más sabe de juguetes me enseño ese truquito bien charrito. Gracias por el auspicio. Saludos a Yo-yo Boing! que me dijo que lo saludara desde la Tribu sin acento, jijij! Buuu!! Charra! Botenla! No sabe poner acentos!
Auspicio lo revelador e inquietante, lo rico en creatividad y diversión, lo maravillosamente maldito y diferente. Auspicio pues a tu marca, el ELSD, y allá los que piensen que es sólo LSD...encontrarán que es mucho, mucho más que eso.
Yo-Yo Boing, where are you?
Yo, yo y simplemente yo! Bueno amigo, tarde pero seguro. Al menos lograste que decidiera por fin hacer el blog!!
contigo juego a lo que sea!!
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