Me gusta conocer a personas que les gusta contar historias. Cierto que todos tenemos el potencial de elaborar un relato con un orden temporal particular para decirle algo a alguien desde el momento en que logramos aprender nuestras primeras palabras. La mayoría de nosotros lo hemos hecho pero no reparamos que hay personas que viven de eso, de contar. Cuando se nos cuestiona -y con toda seguridad, mientras leemos estas líneas- el escenario cambia, porque adquirimos conciencia del arte de narrar y afloran casi inmediatamente las figuras y nombres de nuestros cuentistas y escritores favoritos. Casi automáticamente se forma en nuestra cabeza la siguiente ecuación: historia + cuentista = papel. Y del papel vamos al libro y del libro se acabó. Solo al trascender esta primera instancia, logramos adentrarnos al territorio que habita Javier Colón Ríos y su anhelo de narrar en el celuloide.
–Desde antes de entrar a la universidad me gustaba editar videos –me empieza a contar Javier vía Skype, rememorando aquellos momentos en que muchos creadores aún no saben sobre qué (y ese ‘qué’ engloba todo lo posible e imposible de la vida) posarse para luego hacer de ese qué su expresión, su arte y su vida. –Mientras estudiaba Telecomunicaciones en [la Universidad del] Sagrado [Corazón], hice un viaje a Nueva York para cursar una clase de cine y TV, y ahí fue que me di cuenta de lo que quería hacer –¡encontró su qué!–: contar historias.
–Ajá... –dejo escapar esa interjección, bien boricua, para poner en duda la expresión anterior, para sopesarlo con algo de menor cuantía, o, como en este caso, emitido para provocar: –cuentas historias pero eres un director, no eres un escritor: ¿I am a storyteller?–.
Javier no tarda en responderme, aunque su contestación viene envuelta en risas:
–Cuando era editor veía que a los trabajos que me llegaban quería cambiarles algo para contar mejor la historia, por eso quise ser director, manejar la historia, tratar de resolver yo mismo el problema. Así hice la transición.
Mayor control, poder de cambio, ánimo de resolver él mismo el problema: síndrome de artistas y creadores. Javier está irremediablemente contaminado de esta condición y su cuadro sintomático está en su última producción, I am a Director, que actualmente está recaudando fondos en el sitio web de apoyo a proyectos creativos, Kickstarter.
–¿La meta?
–Nueve mil ochocientos pesitos.
–Una suma no tan ambiciosa.
–Sí, es que la película ya está completamente grabada, se filmó en 15 días entre julio y agosto del año pasado. El dinero es para mejorar el audio, hacer correcciones y la música, ah, y poder recorrer la ruta de festivales de cine internacionales. La idea es participar en Sundance, Venecia y el festival de mockumentaries que se celebra en Los Ángeles. Para cada festival hay que enviar la peli, pagar el correo, crear el press kit, no es hacer la película y ya. Para todo esto es el dinero que esperamos obtener de Kickstarter.
–¿Cuánto faltan?
–Menos de $40. [A las 11:30 PM del lunes 4 de junio, ya se había sobrepasado la cifra de $9,800, asegurando ya lo que los usuarios han prometido dar.] La manera en que Kickstarter funciona nos lleva a pedirle a todos que participen para alcanzar la cifra de $9,800 porque si para el fin de la campaña que es mañana, miércoles 6 de junio a las 11:05PM, no llegamos a ese total, todo el dinero que la gente prometió se esfuma.
–Háblame un poquito de I am a Director.
–Es una comedia, un género en el que había tocado antes en De Pura Cepa, pero en esta ocasión, utilizo el formato de mockumentary.
–¿El primer mockumentary puertorriqueño?
–Desconozco, habría que investigar.
–¿Por qué tomaste esa decisión?
–Yo tomé la decisión por varias razones, por el guión que pedía el formato documental pero ante la premisa que eran dos muchachos a quienes se les ocurre hacer una película en inglés en Puerto Rico para que así tenga éxito en Hollywood, entendí que no podía ser de otra forma: sátira y crítica al cine. Y, ah, por el bajo presupuesto con el que contamos.
–¿Hubo algún reparo de algún actor para trabajar en una película que se burla del proceso de hacer cine?
–Fíjate, para nada. En realidad es una sátira a los copiones. Ya tenía experiencia anterior con los actores y equipo de producción, y a la hora de filmar no dudaron en ayudarme. Vinieron a hacer cine como tal.
–¿Cómo se inicia esta historia llamada I am a Director?
–De mi propia experiencia cuando viví en Hollywood para estudiar la Maestría en Cine en el American Film Institute. Una vez regresé a la Isla y al ver el panorama de producción de cine que apasiona tanto a la juventud, me acordé de un guión que había escrito en L.A., traduje las primeras 10 páginas, hicimos un pequeño video que nos gusto y decidimos hacer la película.
–¿Te inspiraste en algún mockumentary en particular?
–En Living in Oblivion de Tom DiCillo y con Steve Buscemi. Me gustó el concepto de behind the scenes. Pero a parte de eso, la inspiración principal es haber visto a tantos jóvenes hablar de cine como si fuera algo tan fácil de hacer cuando en realidad es difícil.
–Me cuentas que has tenido ayuda de inversionistas privados, además de la campaña en Kickstarter, ¿cómo ves todo este proceso tan complicado de financiar el cine en Puerto Rico? Por ejemplo, ¿qué opinas de la Corporación de Cine de Puerto Rico?
La gente de la Corporación no es mala, lo que pasa es que no hay que olvidar que es una agencia del gobierno, y por su propia naturaleza no es fácil conseguir su apoyo. Claramente, la meta debe ser facilitar el financiamiento; es una de las razones por la que yo no les solicité ayuda por que era muy burocrático y me iba a tardar mucho. No podía esperar ni depender de nadie.
–¿Cómo ves la industria del cine en Puerto Rico?
–Hay mucha juventud y estamos empezando a entender lo que es hacer cine, que es un proceso lento, y que estamos dejando atrás las comparaciones con otros países. Eso es importante para así dedicarnos a pensar en las historias que queremos contar. Igualmente hay que dejar de pensar en “cine puertorriqueño” y pensar más en cine. Si así lo hacemos, lo veo con mucho futuro.
–Cierto, te tengo que confesar que, a veces, he obviado el cine boricua por su mala, terrible calidad y guiones.
–Sí, hemos tenido experiencias de mal cine. Hay que mejorar los guiones, aprovechar el dinero que se tenga disponible para mejorar el guión. Todos se quejan que no dan dinero, pero la cosa es que es muy difícil hacer una propuesta y como es tan dificil pues no podemos llegar al primer paso para que nos aprueben la propuesta. Hay que tener cuidado en dar luz verde a proyectos que no están maduros, por lo que recomiendo darle más énfasis a la pre producción y al guión. Todavía no veo en nuestro cine que se le dé ese cariño que necesita una película para que sea buena.
Y eso que Javier llama “cariño”, no es otra cosa que ese amor por contar lo que nos pasa, eso que imaginamos, eso que queremos, y hacerlo con maestría. Contar nos acerca a lo humano, a esos primeros intentos que todos tuvimos de explicar el mundo y hacia eso está dirigida I am a Director y la ascendente carrera de este joven cineasta.
Ficha de Javier Colón Ríos
Edad: 31
Pueblo: San Juan
Directores: Realmente admiro a directores que hacen lo que quieren hacer, como Tarantino.
Tipo de cine favorito: El independiente, lo alternativo
Género: No tengo ninguno favorito en particular. Me gustaria trabajar en varios géneros, estoy abierto a cualquiera.
¿Cuál la última película que viste?: Star Wars
Película Favorita: Indiana Jones
Libro que lees: La biografía de Steve Jobs
Ciudad favorita: Berlín
Comida favorita: Spaguetti en salsa alfredo con chuleta
Qué piensas cuando das la dirección de “¡acción!” en el set de grabación: Antes de decir acción, uno hace un double check, si realmente uno esta haciendo lo correcto, si la escena está bien, y luego pensar en cuando vas a decir corte. Es más fácil decir acción que corte.
Una palabra de recomendación a los cineastas: Escriban.
Qué le dirías a la gente para que te apoye en Kickstarter: Si quieres apoyar una buena sátira de nuestro cine, dános dinero y si no también.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario