Ver a Buenos Aires desde mi balcón te da otra vibra. Ves de frente a la arquitectura y al cielo obviando a las personas. Se convierte en una ciudad habitada por autos, motos y colectivos; por alarmas, luces y edificios. Los humanos sólo causan un rumor, un susurro parecido al olvido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario